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Tony Stark lo sabía: no es solo el traje

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“Soy Iron Man. El traje y yo somos uno”. Con esa icónica frase, el hombre detrás de la armadura dejó claro que ya no dependía de ella para definirse. Lo que era un caparazón de acero se volvió una extensión de su identidad: una metáfora de cómo el ingenio siempre debe permanecer al mando.
Así lo recordaron dos conferencistas internacionales durante el Construction Innovation Day 2025: el verdadero progreso no está en las máquinas, sino en quienes saben darles dirección. En esta edición, analizamos por qué el futuro de la construcción seguirá siendo humano, incluso en tiempos de robots que aprenden a construir.
Además, estamos en la recta final del sorteo de cuatro pases individuales para la Masterclass & Workshop “La jugada maestra del asesor ganador”, organizada por CBR Guatemala e impartida por Carlos Rentalo. La otra semana anunciaremos los ganadores.
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Braulio Palacios
Ni robots ni superhéroes: el humano detrás del traje de Iron Man
615 palabras | 3 mins de lectura

En la era de la Construcción 5.0, los robots, drones y algoritmos no sustituyen al ser humano: lo amplifican. En la Construction Innovation Day 2025, Paula Solís, fundadora de All Immerse, y Leonardo Nuevo Arenas, Head of Computational Design at Kinetica, coincidieron en que la verdadera innovación es amplificar la inteligencia y no delegar todo en las máquinas.
Por qué importa. El futuro de la construcción ya no se mide solo en metros cuadrados, sino en la capacidad de combinar creatividad, datos y precisión. Solís y Nuevo Arenas defienden una tecnología con propósito: herramientas que potencian sin reemplazar.
El directivo de Kinetica —oficina mexicana de diseño industrial— advirtió que el error común es “reinventar la rueda” usando robots para tareas que el oficio humano ya domina con eficiencia artesanal.
Solís, al frente de la empresa costarricense experta en transformación digital en el sector construcción, enfatizó que los datos son esenciales como el cemento. “La tecnología nos devuelve información que multiplica el talento que ya tenemos”.
Ambos coinciden en que la robótica cobra sentido cuando libera tiempo al humano para pensar, no cuando intenta reemplazarlo.
En el radar. Las personas son el eje de la Construcción 5.0, pero con una nueva sensibilidad. En su ponencia, Solís utilizó la metáfora del superhéroe Iron Man para describir cómo la tecnología amplifica los sentidos sin sustituir la intuición ni la experiencia.
“Es casi como cuando se pone su traje. Su fuerza y movimiento son mayores, incluso vuela. Pero la estrategia y la acción son humanas”. En la obra, los sensores y los datos permiten anticipar fallas o riesgos que el ojo no alcanza, explicó.
Nuevo Arenas coincidió en que el robot “es un complemento a la creatividad”, un socio que aporta precisión a la intuición. Subrayó que el desafío no es automatizar por automatizar, sino saber interpretar la información para mejorar lo que ya se domina.
Ambos coinciden en que la relación humano-máquina solo funciona cuando hay criterio y pensamiento crítico: la tecnología amplifica al profesional, no puede pensar por él.
Sí, pero. La Construcción 5.0 en Latinoamérica transita una frontera delicada: adoptar tecnología sin perder el pulso del oficio. La tecnología puede acelerar procesos, pero es el conocimiento el que mantiene la industria con identidad y propósito.
El directivo mexicano advierte que muchas veces la innovación se promueve sin entender el contexto. “Puede servir a la gente, no es solo beneficio económico”, subraya. Para él, el riesgo es usarla para abaratar o sustituir trabajo humano en lugar de elevar su valor.
Por otro lado, señaló que la construcción de vivienda no se puede programar como una línea de montaje en una fábrica automotriz. Si la industria no desarrolla una mirada autocrítica, la tecnología terminará imponiéndose como moda, no como herramienta.
Solís complementó la idea desde otro ángulo: el 90 % de las obras no registra ni aprovecha datos, lo que limita la mejora continua y la eficiencia. La clave está en adoptar tecnología desde el conocimiento local y el propósito humano, no desde la imitación.
En conclusión. La Construcción 5.0 no se define por la cantidad de robots en la obra, sino por la inteligencia que los guía. La tecnología puede amplificar la visión, precisión y eficiencia, pero el sentido de propósito sigue siendo exclusivo de la persona.
En el fondo, cada algoritmo, sensor o dron depende de una mente que decide dónde mirar. Y esa sigue siendo —como la armadura de acero de Iron Man— la parte más esencial de la innovación.
“La IA no nos sustituirá. Lo hará quien sepa dirigirla”, concluyó Nuevo Arenas. El mensaje del evento fue claro: El futuro de la construcción seguirá siendo humano, porque incluso el traje más avanzado necesita de un corazón.
UN MENSAJE DE GRUPO AG
Grupo AG el aliado que impulsa proyectos y sostiene el futuro de Guatemala

El acero es mucho más que un material de construcción: es la base sobre la que se levantan proyectos, comunidades y sueños que transforman al país. Cada varilla y cada estructura reflejan décadas de innovación, experiencia y compromiso.
Qué destacar. En Guatemala, Hierro AG se ha consolidado como el producto insignia de Grupo AG. Gracias a su calidad, miles de guatemaltecos han construido hogares, impulsado empresas y desarrollado una infraestructura sólida que fortalece el crecimiento del país.
Las grandes obras nacionales son hoy símbolo de competitividad y progreso. Hablar de Hierro AG es hablar de confianza y de un legado que sostiene el presente y proyecta el futuro de las próximas generaciones.
Lo que sigue. El acero no solo edifica, también impulsa y sostiene los sueños que dan forma a Guatemala.
Conozca este lanzamiento aquí.
Miguel Rodríguez
Del plano al código: la construcción se reinventa en Guatemala
482 palabras | 1 min de lectura

La Construcción 5.0 pasó de promesa futurista a ruta concreta hacia la competitividad. Los expertos internacionales coinciden en que la automatización, robótica e IA no sustituyen; potencian. El dilema no es tecnológico, sino cultural. El desafío es integrar personas, procesos y datos en una misma arquitectura del cambio.
Cómo funciona. La transformación digital redefine la forma de planificar, construir y mantener infraestructuras. El cambio es inevitable, advirtió Miguel Muñoz, experto en IA aplicada, durante el Construction Innovation Day 2025. En un país donde los retrasos, sobrecostos y falta de estandarización son la norma, la digitalización es el camino claro hacia la eficiencia.
Muñoz explicó que la IA puede reducir hasta en un 75 % los costos de preplaneación al optimizar cálculos, planeación y servicio al cliente.
Lo esencial, insistió, está en usar los datos para tomar mejores decisiones estratégicas, no solo operativas.
Su enfoque invita a ver la digitalización como una herramienta para anticipar problemas, no para reaccionar ante ellos.
Lo indispensable. Para Sofía Flores, experta en automatización de obra, el corazón de la Construcción 5.0 está en la gestión del cambio. Es liberar el tiempo para generar valor técnico. La eficiencia no consiste en hacer más, sino en hacerlo mejor y de forma integrada.
Flores recalcó que la transformación digital comienza en la cultura organizacional, no por la compra de software o licencias.
Incluso, la integración de sistemas evita duplicidades y mejora la trazabilidad, lo que permite pagos precisos y permite decisiones en tiempo real.
“Guatemala está lista para esta nueva era”, aseguró, si el liderazgo empresarial acompaña el cambio con capacitación y escucha activa.
En el radar. La robótica y la industrialización avanzan como aliados naturales de la productividad. Leonardo Nuevo Arenas, experto en robótica aplicada, explicó que el off-site manufacturing reduce caos, desperdicio y riesgo. El reto es trasladar principios industriales a la arquitectura sin perder su carácter humano.
El experto mexicano también remarcó que la robótica no sustituye al talento, al contrario, amplía las capacidades de diseño y control.
Su visión apunta a procesos replicables y escalables, con un impacto directo en la reducción de costos y tiempos.
La barrera más grande, reconoció, sigue siendo cultural: dejar de ver la innovación como gasto y entenderla como inversión estratégica.
Ahora qué. Digitalizar no solo implica adoptar tecnología, sino transformar la mentalidad del sector. Javier Calvo, especialista en gemelos digitales, recordó que “BIM no es un fin, sino un vehículo”. Estandarización, medición y datos son, según él, los tres pilares de una construcción más precisa, segura y rentable.
Calvo añadió que los países que llegan tarde tienen una ventaja: pueden aprender de los errores europeos.
La adopción de gemelos digitales permite detectar fallos antes de construir, reduciendo retrabajos y desperdicios.
Todos concluyeron que la Construcción 5.0 no reemplaza al ser humano. Lo coloca en el centro del cambio. Ninguna máquina puede sustituir la visión de quien decide hacia dónde mirar.



