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Sinfonía urbana en plena expansión

OFRECIDO POR PROGRESO

¡Buenas tardes!
La inversión inmobiliaria está moldeando una nueva Centroamérica: más vertical y más conectada. En esta edición exploramos el auge de los polos industriales, la apuesta por ciudades de 20 minutos y las tensiones entre inversión y déficit habitacional.
En entrevista exclusiva en México, Francisco Vázquez, presidente de 3g Smart Group, nos afirma que las oficinas ya no pueden limitarse a la funcionalidad: deben ofrecer experiencias memorables que impulsen interacción y colaboración en un mundo dominado por el trabajo híbrido.
Gracias por leernos una semana más.

María José Aresti
Boom de concreto: Centroamérica se redefine
413 palabras | 1 min de lectura

La inversión inmobiliaria privada en Centroamérica no solo crece, sino que moldea el desarrollo urbano y económico. Desde vivienda vertical hasta polos industriales y logísticos, los capitales están transformando el paisaje. Pero este dinamismo también enfrenta tensiones entre desarrollo, acceso a vivienda y sostenibilidad regulatoria.
Cómo funciona. Este auge regional está reconfigurando ciudades y creando oportunidades económicas. Aunque la verticalización domina el panorama urbano, no todas las apuestas cubren toda la demanda.
En Costa Rica, Escazú y Santa Ana concentran desarrollos tipo “ciudad dentro de la ciudad”, con mezcla de usos.
La verticalización se impone en San Salvador, Ciudad de Guatemala y San José, por falta de suelo urbano.
En Panamá, zonas como Casco Antiguo y Costa del Este atraen capital en vivienda de lujo, manteniendo precios altos.
Ecos regionales. Cada país avanza con su propia mezcla de inversión, políticas públicas y desafíos sociales. En algunos casos, la infraestructura impulsa el crecimiento; en otros, las necesidades básicas aún no se resuelven.
En El Salvador, el 78 % de las compras inmobiliarias son para inversión, no para uso propio, según Geoterra.
Guatemala y Honduras se apoyan en mejoras logísticas y nuevas obras de transporte para atraer nuevos proyectos.
Costa Rica destaca por el modelo de la “Ciudad de 20 minutos”, que responde al deseo de vivir sin depender del auto.
Detrás de escena. Los desarrolladores se adaptan a un entorno que mezcla presión social, necesidad habitacional e incentivos para la inversión. La infraestructura moderna y la seguridad jurídica se han vuelto piezas clave para el crecimiento sostenido.
Guatemala tiene tasas de interés en un solo dígito y futuros proyectos de transporte —AeroMetro y Metro Riel— que podrían incrementar el valor de terrenos.
Costa Rica vive un boom de parques industriales y centros logísticos, impulsado por la relocalización de empresas fuera de Asia.
Nejapa en El Salvador, se consolida como hub industrial estratégico por su cercanía con puertos y su conectividad vial.
Lo que sigue. El mercado inmobiliario puede seguir siendo un motor de desarrollo regional, si logra equilibrar inversión con soluciones habitacionales. La clave está en innovar con propósito, regulando sin frenar e incluyendo sin distorsionar.
“El déficit habitacional cualitativo sigue vigente”, advirtió Sergio Silva, presidente de la junta directiva del Crédito Hipotecario Nacional de Guatemala.
Líderes del sector apuntan a digitalizar trámites y reforzar la certeza jurídica para atraer más inversión privada.
El reto será evitar burbujas especulativas y asegurar que los desarrollos sirvan también a quienes más lo necesitan.


Por: María José Aresti
La transformación del trabajo híbrido exige rediseñar los espacios corporativos. En entrevista con República Inmobiliaria en México, Francisco Vázquez, presidente de 3g Smart Group, asegura que las oficinas deben evolucionar más allá de la funcionalidad para ofrecer experiencias memorables y fomentar la interacción.
¿Cuáles son los errores comunes que cometen las empresas al diseñar oficinas?
— Uno de los más frecuentes es no pensar en las dinámicas internas de las organizaciones. Las empresas siguen diseñando según el organigrama y enfocadas solo en cuántas personas deben sentarse, en vez de analizar cómo trabajan.
Falta investigar más. Hay que entender qué tipo de interacciones se están dando y cuáles se quieren fomentar. Si una compañía quiere más colaboración o socialización, el espacio debe facilitarlo. Pero en lugar de eso, muchas empresas siguen haciendo lo mismo y terminan con oficinas genéricas que no responden a su cultura ni objetivos.
¿Crees que la funcionalidad de los espacios ya no es suficiente hoy?
— Exactamente. La funcionalidad hoy es lo mínimo esperado. Como en cualquier producto, un carro que funcione o una comida rica ya no son diferenciadores. Lo que ahora se busca es la experiencia.
En el mundo corporativo, el “consumidor” es el colaborador, y su nivel de exigencia es mucho más alto. Si tú quieres que el talento decida ir a la oficina, tienes que ofrecer más que funcionalidad. Y más aún en esta era de trabajo híbrido, donde ya no hay clientes cautivos.
¿Qué rol tiene la oficina en tiempos de trabajo híbrido y flexible?
— Históricamente, el diseño de oficinas giraba en torno al puesto de trabajo. Pero hoy, ese puesto individual ya se puede resolver en casa. Lo que menos necesita una oficina son mesas individuales. Sin embargo, siguen siendo lo que más abunda.
Las organizaciones deben repensar el propósito de sus espacios. Lo que realmente se busca ahora es socializar, colaborar y aprender de otros. Hay que crear zonas para reuniones, eventos, intercambio. La verdadera transformación es dejar de diseñar para el trabajo individual y comenzar a diseñar para la interacción.
¿Qué impacto tiene esta transformación en el sector inmobiliario corporativo?
— Tiene dos muy claros. Por un lado, una reducción significativa de los metros cuadrados necesarios, porque la ocupación real ronda solo entre el 30 a 35%. Antes era del 70 %.
Por otro lado, se ve una mayor demanda de oficinas en centros urbanos con buena localización. Lugares donde hay vida, servicios, transporte. Eso seduce más. Mientras tanto, hay más vacancia en edificios periféricos. La ubicación ahora juega un papel clave para atraer a las personas.
Si tuvieras que imaginar una oficina ideal para el futuro, ¿qué tendría?
— El nuevo espacio corporativo debe ser el nuevo off-site. Un lugar al que se va para vivir una experiencia, no solo para trabajar. Un sitio que respire cultura, donde encuentres servicios agradables, buen café, encuentros con colegas y oportunidades de colaboración real.
El espacio debe ser flexible, reconfigurable, y que se adapte a distintas actividades. Hay que quitar la mayoría de los puestos individuales y generar ambientes con vida. Además, como se reduce el metraje, la inversión puede enfocarse en calidad. Si el espacio está vacío o sin vida, nadie querrá volver.
Puedes ver la entrevista completa en este enlace.
Alice Utrera
Soluciones frescas: enfriar la ciudad con naturaleza
436 palabras | 1 min de lectura

Las ciudades enfrentan un desafío creciente: el efecto isla de calor. Esto ha impulsado a arquitectos y urbanistas a integrar naturaleza en los entornos. No es solo una tendencia estética, sino una necesidad para mitigar impactos del calor y mejorar la calidad de vida.
Por qué importa. Este fenómeno intensifica las temperaturas debido a la concentración de superficies impermeables y escasa vegetación. Esto impacta en el confort térmico e incrementa el consumo energético y riesgos para la salud.
Investigaciones indican que las zonas urbanas pueden ser hasta 12°C más cálidas que sus alrededores rurales, aumentando la demanda de energía para refrigeración.
La OMS destaca que las olas de calor urbanas están vinculadas a un aumento significativo en la mortalidad, especialmente entre poblaciones vulnerables.
Christian Wolff, director general regional de Gensler para Latinoamérica, enfatiza que la incorporación de espacios verdes en las ciudades ya no es opcional, sino esencial.
Cómo funciona. La infraestructura verde incluye parques, techos verdes y corredores ecológicos. Esta actúa como un sistema natural de refrigeración y sus elementos reducen la temperatura ambiente mediante la sombra y la evapotranspiración.
Se ha demostrado que los parques urbanos pueden ser entre 1 °C y 4 °C más frescos que las áreas circundantes y extender su efecto a cientos de metros.
Los techos verdes disminuyen la temperatura superficial de los edificios, mejoran la eficiencia energética y calidad del aire.
“Integrar la naturaleza en el diseño urbano transforma las ciudades en espacios más habitables y resilientes”, explica Emily Harper, arquitecta especializada en planificación urbana sostenible.
Ecos regionales. En Latinoamérica, diversas ciudades están adoptando enfoques innovadores para integrar la naturaleza en el entorno urbano, adaptándose a sus contextos específicos.
Colombia ha implementado 30 corredores verdes distribuidos por toda la ciudad; 18 ubicados en ejes viales y 12 junto a fuentes hídricas. Estos mejoran la calidad del aire, reducen la temperatura ambiente y promueven la movilidad sostenible.
Por su parte, Costa Rica estableció corredores ecológicos que interconectan espacios verdes y facilitan la preservación de flora y fauna local.
Según Harper, estas iniciativas no solo mitigan el calor. “También fortalecen estructuras sociales y promueven la biodiversidad urbana”, detalla.
Lo que sigue. La tendencia hacia ciudades más verdes y resilientes continúa ganando impulso, con un enfoque en la planificación sostenible y la colaboración multisectorial.
Se espera que más urbes adopten políticas que incentiven la infraestructura verde.
La educación e iniciativas público-privadas serán fundamentales para el éxito de estas iniciativas, fomentando una cultura de sostenibilidad urbana.
“El futuro de nuestras ciudades depende de cómo integremos la naturaleza en su desarrollo. Es una inversión en salud, bienestar y sostenibilidad”, concluye Harper.
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